Las Palabras
de Nuestra Señora a Jacinta
Entre nosotros los que profesamos ser
seguidores y promotores de el mensaje de Nuestra Señora de Fátima, tenemos que vivir ese
mensaje en todos sus aspectos, antes que esperemos a otros aceptar nuestros esfuerzos de
promoverlo entre ellos.
Si queremos ser fieles apóstoles de
Nuestra Señora del Rosario de Fátima, entonces tenemos que ser "otros Jacintas y
Franciscos." Tenemos que tomar sus palabras seriamente sin excepción, justo como los
pequeños pastores a los cuales Ella confió Su Plan de Paz de los Cielos.
No es de nuestra parte el escojer y
seleccionar lo que nos agrade del mensaje de María, y rechazar aquello que nos frustra o
no se ajusta a nuestra manera de vivir. Por lo tanto, no podemos llamarnos verdaderos
apóstoles de Nuestra Señora de Fátima, cuando muy fiélmente rezamos a diario el
Rosario, mientras, al mismo tiempo rehusamos aceptar las súplicas de Nuestra Señora por
penitencia, simplemente porque podría perturbar nuestra confortable manera materialista
de vivir. Como también sería una obvia burla a Nuestra Madre, llamarnos Sus devotos o
apóstoles y al mismo tiempo en cualquier forma cooperando con la
presente perversión modernista para destruir la Iglesia fundada por Su Divino Hijo.
Que descorazonamiento debe ser entonces
para nuestra Querida y Bendita Madre el observar a muchos de ésos que profesan ser Sus
devotos, avanzando para promover cada aspecto de Su mensaje excepto aquella parte que les
desagrada. Cuán profunda penetran ellos la espada de aflicción dentro Su Immaculado
Corazón, ésos hipócritas que se llaman devotos de Nuestra Señora, mientras, rechazando
las palabras de Nuestra Señora a la pequeña Jacinta: "Ciertas modas son
introducidas la cual ofenden gravemente a mi Divino Hijo."
Que superficial probaron ser las
profundidades de sus fidelidades hacia su Amada Madre, mientras ésas mini-faldadas burlan
las plegarias de modestia, de María, se atreven a entrar a la Casa del Señor, y
así reciben el Sagrado Cuerpo de Nuestro Señor: Uno se pregunta como se atreven a tomar
el Rosario en manos con las faldas y vestidos mucho más arriba de las rodillas y
bajándose la línea del cuello. Seguramente los corazones y conciencias de éstas
irracionales niñas y mujeres deben estar increíblemente endurecidas, no
realizando que el sobre-expuesto de su cuerpo es una fuente de tentación carnal para todos
los hombres y niños normales.
La verdad es que hay algunos varones
inconstantes hasta entre los cléricos, que profesan ser "inafectados" y
burlonamente aseguran que "los estilos tienen que cambiar con el tiempo." A
éstos tenemos que prestarle poca atención, ya que ellos difícilmente representan los
varones. Y la objeción de ellos es que, la mentalidad moderna no reacciona tan
sensualmente a estilos más atrevidos; ésto es facilmente de probar lo falso que es, a
través de la decadencia moral que prevalece en todos lados. El negar que hombres y niños
normales son tentados por los estilos de las faldas arriba de las rodillas y por
los cuellos bajos de hoy, es el negar aquella consecuencia del pecado original -- la lucha
entre la carne y el espíritu. ¿Hemos proseguido a lo largo del curso de la evolución
Chardania hasta convertirnos en zombis, no más sujetos a tentaciones de la carne? Tal
declaración es pura basura, algo sin sentido que puede ser repetido solamente por el
hombre (clérico o laico) la cual ellos mismos han evolucionado como perversos afeminados
del hombre. Cuán apropiadas a este punto son las palabras de Papa Pío XII:
"Cuántas jóvenes hay hoy que no ven
ningún mal-hecho en seguir ciertos desvergonzados estilos de modas como muchas ovejas!
Ellas seguramente se sonrojarían si ellas pudieran adivinar la impreción que ellas
causan y la percepción negativa de los que las ven. ¿Qué pecados han sido cometidos o
provocados por esta exibición pública de deliberada y calculada inmodestia? Cuán
Relajadas se han Convertido las Conciencias, Cuán Paganas Morales!"
Que admonición más resonante son estas
palabras del Santo Padre en contraste al del liberal comprometido, laico, curas y
religiosos que aprueban estilos modernos y haciendo ésto voluntariamente cooperan en la
perverción de morales y la condenación de almas.
A qué tal extención esta hipocresía ha
alcanzado, que ha sido pronta su evidencia en los recientes años por incidentes tales
como éstos:
- Varias conferencias nacionales de
Católicos "conservadores," vociferando fuertemente y envueltos en sermonear,
lamentan la propagación del comunismo en el mundo y el liberalismo en la Iglesia,
mientras tanto, desfilando hacia la tribuna y alrededor del piso de la conferencia, en
estilos modernos la cual "ofenden muchísimo" a mi Divino Hijo (Nuestra
Señora). Qué despreciables e hipócritas son éstos, lamentando la esparción de ésas
fuerzas diabólicas que Dios está permitiendo que se propage debido a los estilos
inmodestos que ellos mismos usan! Cuán fácil es para éstos
"conservadores" reunirse, y ruidosamente protestar contra el mismo cancer la
cual ellos son la causa por su rehuso de escuchar las plegarias de Nuestra Señora por
modestia en vez de humildemente obedecer las demandas de la Madre de Dios por
"enmienda de la vida!" Qué egoistas éstos pseudos -- tradicionalistas y
"conservadores" que se reúnen para substituir con las soluciones echas por el
hombre y su propia creación, la Divina solución dadas a ellos en Fátima!
- En un reciente "peregrinage"
alrededor del mundo para repartir estatuas de Nuestra Señora de Fátima a varios países,
fué en realidad una trágica burla al mensaje de Nuestra Señora, mientras Su súplica
por modestia fué ignorada por varias de las "peregrinas" mini-faldadas que se
atrevieron a marchar en la procesión como parte de los contingentes "acompañando la
estatua."
- La cumbre de la burla y obscenidad hacia
Nuestra Señora apareció en la Santa Cruz en la revista "Ave María" en un
artículo (páginas 28-29) burlándose de la pura idea de modestia, durante el movimiento
anti-Mariano en los tempranos años del Vaticano II. (La ruina de la revista sucedió
corto tiempo después.)
Éstos incidentes, con muchos otros más,
asómbranos el porqué la pesada mano de Dios no ha castigado severamente y purificado la
Iglesia y el mundo.
Cualquier niña o mujer cuyo vestido no
cubra por completo sus rodillas cuando se sienta, o que el bajo cuello luzca su
inmodesta vanidad, no es digna de el nombre Cristiana, mucho menos imitadora de Nuestra
Señora de Fátima. Tal mujer es responsable ante Dios por cada pecado de impuridad
incitado en la mente del hombre por su inmodesto vestido. Ella podrá burlosamente reírse
de eso ahora, ¿pero se reirá ella cuando esté en juicio ante el Trono de Dios; quien
envió a Su Santa Madre para advertirnos contra tales estilos? (¡Recordémosnos de la
amonestación de Nuestro Señor que aquellos hombres quienes tan solo "miren a una
mujer con deseo en su corazón, es culpable de adulterio!")
Cualquier hombre que permanezca en la
presencia de una mujer o niña que esté vestida inmodéstamente y no la reprenda y rehuse
el ser visto con ella, es culpable de aprobar tales graves ofensas contra Dios a través
de su silencio, también es un hipócrita indigno de el nombre Cristiano.
Cualquier pariente que permita que su hija
o hijo use los estilos modernos e inmodestos, son sujetos a la condenación de las
Sagradas Escrituras -- "sería mejor que ellos se amarraran una piedra de molino
alrededor del cuello y se echaran en el mar."
Cualquier cura que permita mujeres
inmodestamente vestidas en la Casa de Dios o les dá Comunión es "culpable del
Cuerpo y Sangre del Señor!" Los lugares más calientes en el Infierno están
reservados para ésos cobardes curas y obispos, que con miedo de expresarse, y quienes
"prefieren ofender a Dios a ofender al hombre." La obligación del cura es
predicar la verdad abiertamente sin compromiso, no importa a quienes ellos
perturben u ofendan simplemente porque ellos no viven en conformidad a las leyes de Dios!
Cualquier cura o religioso que permita
entrar a niñas a su escuela o clase inmodestamente vestidas, son también culpables de
escándalo ante las criaturas de Dios, y sería mejor que se "amarraran una piedra de
molino alrededor del cuello y se echaran en el mar."
Las palabras de la Madre de Dios
advirtiendo contra las modas inmodestas no se pueden tomar a las ligeras por cualquiera
que profese ser devoto de Ella, o ser promotor de Su mensaje de Fátima! El hacer eso es
incurrir en la ira de nuestro Dios, Quien es "ya demasiado ofendido!"
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